Tengo frío, Luisa.
Por: S.
Hjärta
…
Querida, ¿Quién te obligo a ser transeúnte distinguido de mí pensar?
Quién, más que yo, te querría por tantas horas, -y sin paga-,
Tan desgraciada, tan desnuda, tan delicada.
Con tus pasos de agua, el hálito último en tu mirada.
He venido a buscarte, y sólo he encontrado el rastro fugitivo de tu
sonrisa amartelada.
Te incluí en el desayuno, en la caminata y en sonrisa taciturna,
Y sólo tus huesos de hada fiambre han dado su encuentro.
¿Y el resto de lo funeste? ¿A dónde ha ido la realidad?
Poco a poco te extingues, vapor de invierno,
Y te calcinas entre el propio respiro álgido matutino,
Ese que has tenido siempre, ese que significa muerte,
Ese que me negó un beso y me lo prometió en un abismo sincero.
Numen de hielo, carámbano afilado de delirio perfumado
Que el amor te alcance, que el amor te enliste en su interminable
guerra.
Algún día has de entender, entre mis brazos, querida,
Que el aura que te ha estado repicoteando la mirada, es la mía.
. Por: S. Hjärta Blue. |
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